"Odio KFC, siempre lo he hecho."
E
sto es metafóricamente hablando, que si no, tendrías que estar llamando urgentemente a algún 01 800 y presentando una denuncia. Me refiero al tipo de relaciones extrañas en las que con frecuencia caemos y de las que no nos podemos desenganchar.
No quisiera hablar de esas relaciones entre novios: horribles, monótonas y sin sentido, pero como ya lo estoy haciendo más vale no dejarlos a medias. Tal vez no sea yo la doctora corazón —ni siquiera les hablaré de mi gato, con la esperanza de que sigan leyendo esto— pero sé que cualquier relación debería tener tres puntos clave:
Reciprocidad
Dar y recibir, sin albur amigos.
Si ya vas a dedicar tanto de ti mismo (tiempo, dinero, esfuerzo) es sólo justo que sientas que estas recibiendo lo mismo, en todos los niveles. No hay nada más chido que tener un suave y reconfortante colchón de apoyo cuando más lo necesitas.
Gustos en común
No importa qué tan diferentes sean, siempre tiene que haber un punto de encuentro. Algo que les guste hacer, comer, ver, o en su defecto, criticar u odiar. Al principio cuando todo es color de rosa, sientes que disfrutas hasta los más mínimos detalles juntos, pero dentro de 5 años cuando estén casados y apenas te enteres que odia, y siempre ha odiado, KFC sabrás por qué tú eras el que se terminaba la mayor parte de la cubeta.
Aprendizaje
“Si eres la persona más inteligente en la habitación, estás en la habitación equivocada”
No es una tetada, es un principio universal que ya se está implementando en los países asiáticos. Miento, pero debería de serlo. Es genial aprender cosas nuevas todos los días y qué mejor si lo haces de una persona con la que compartes tantas cosas. Por qué no compartir conocimientos, noticias, curiosidades, etc. Y no, los gifs de gatos no cuentan.
Lo que trato de decir es que hay que aprender a tener relaciones sanas y siempre tratar de ser felices. A veces se nos hace muy difícil salir de una situación monótona, frustrante y poco excitante. Como cuando tienes el internet más lento y fallido del mundo pero sigues pagando por un servicio que en realidad odias, todo porque te da hueva cancelar el servicio (y chutarte las horas de convencimiento de que te quedes de un operador sudamericano) y conseguir otro.
Comments